Hace falta valor

Valiéndome de aquella famosa frase de la canción ochentera ‘Escuela de calor’ de Radio Futura, inicio esta entrada hablando sobre la importancia de aportar valor en Social Media. Pero…

 

¿Qué es aportar valor en Social Media?

Aportar valor es, básicamente, aportar algo a quien te lee, un contenido propio, una recompensa, un añadido que no puedes encontrar en otro sitio. Esta misma entrada tiene su propio valor como algo que yo estoy aportándote a ti, que me estás leyendo. Te puedo aportar mucho o poco, pero el hecho de que me haya tomado la molestia de escribirlo es ya en sí una aportación de valor. ¡Pero ojo! No solo el mero hecho de escribir algo es una aportación de valor en sí. Imagina que yo, en una entrada del blog, pongo 100 veces seguidas:

 

Tonto el que lo lea. Tonto el que lo lea. Tonto el que lo lea. Tonto el que lo lea. Tonto el que lo lea. Tonto el que lo lea…

 

Así no te estoy aportando valor ni te estoy aportando nada, solo te estoy haciendo perder el tiempo. ¿Qué quiero decir con esto? Que el valor es relativo, pero lo que es seguro es que si una cosa te sirve para algo, te está aportando. Y el que te la ha ofrecido, te está aportando valor.

 

¿Cómo aporto valor a mis seguidores?

Hay muchas formas de aportar valor, unas más interesantes que otras, pero todas tienen su punto. Una de las que causa mejor impresión y está teniendo más impacto últimamente es la de ofrecer algo gratis. Evidentemente, no eres un banco y no puedes regalar vajillas (no sé si eso tendría mucho éxito), pero si estás empezando como yo, hay cosas que con esfuerzo sí puedes aportar. Al alcance de todos está transmitir conocimiento. Un blog es una magnífica manera, aunque esté un tanto infravalorado al haber tal cantidad de ellos (y tan buenos).

La gente tiene el sentido de la pertenencia, y un blog es difícil que le «pertenezca» a un cliente. Por eso, muchos optan ahora por ofrecer un libro electrónico gratuito escrito por ellos mismos. Es como decir «te regalo mis conocimientos útiles en un formato que te puedes descargar, leerlo en tu dispositivo y quedártelo para ti y para siempre». Estás ofreciendo algo que el seguidor pueda tener. Eso no solo es un punto a tu favor, es que, en términos baloncestísticos, es un triple en el último segundo para ganar el partido.

 

Juan Merodio, uno de los mayores referentes del Social Media en España, un experto en «dar la cara»

 

Otra popular «arma» de valor está en los vídeos. La aportación directa a través de un vídeo es siempre útil, creativa y marca las diferencias. No mucha gente te ofrece un vídeo, es un formato dinámico, creativo, directo y diferente. Es valor puro. Un vídeo puede servir para que tú mismo expliques de palabra un tema en concreto, muestres algo de interés o crees algo llamativo y con sustancia, incluso a través del humor, que es algo que la gente aprecia realmente si está bien hecho.

Un peldaño más abajo, aunque en todos los tops de popularidad, hay otros elementos como las infografías: Internet no es para leer atentamente, es para «escanear» (como nos decían en AulaCM los grandes Fer Rubio y Bruno Vázquez-Dodero), internet es eminentemente visual y la infografía es una aportación textual vestida con adornos visuales: Sencillo y práctico.

 

Infografía Redes Sociales y Marcas

Alfredo Vela es un experto en compartir infografías de Social Media de todo el mundo

 

Luego está cualquier cosa que sea útil y que no ofrezcan todos los demás. Trata de diferenciarte, trata de ser original aunque no intentes inventar la rueda, que todo está inventado. Investiga, aprende de los que saben, dale vueltas y crea algo tuyo en base a lo que sabes que funciona. No copies, aprende de los mejores para buscar tus propias herramientas. Seguro que así podrás aportar mucho a tus seguidores y eso te hará ganar la vida extra que te falta.

 

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Escrito por Álvaro López @alvarolopez0101

—Estudié Community Management en AulaCM

Creador y autor del blog Generación GHIBLI

¡Escríbeme! alvarolm85@gmail.com


Humanizar el Social Media

Personas. Eso somos. Parece un concepto demasiado obvio como para empezar una entrada del blog, pero si nos paramos a pensarlo… ¿de verdad actuamos, siendo Community Manager o en el mundo del Social Media, como personas? Y lo más importante: ¿Tratamos a la gente como personas?

 

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Números, números, números

Tantos seguidores tienes, tanto vales. Un concepto que las redes sociales han implantado sustituyendo al tradicional «tanto tienes, tanto vales». O más bien, actualizándolo. Y hay que desterrar de una vez eso. No es tan importante un número como la persona que está detrás. Un número solo es un número. Puedes tener cientos de miles de BOTs en Twitter haciéndote sumar una cifra astronómica de seguidores, ¿pero de qué te servirá a la hora de vender tu marca? ¿Esos BOTs van a utilizar tus servicios? ¿Les vas a aportar algo? ¿Te van a aportar algo? Al final, será lo mismo que si le hablaras a una pared. Como decía Abraham Lincoln, «Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo». Caerá por su propio peso. No sirve de nada un número, es mero maquillaje.

Sin embargo, conocer a la persona tras el número, saber que es el seguidor o cliente adecuado para tu marca, el potencial usuario de tus servicios, eso no tiene precio. Y eso tienes que ganártelo con empatía, con su confianza. No es un reto mayúsculo, solo se trata de poner un poco de atención por tu parte, de querer ponerla. Eso requiere esfuerzo, evidentemente… ¿pero el qué no requiere esfuerzo en la vida para lograr algo? La otra opción es que te toque la lotería pero, sinceramente y siento desilusionaros, no es muy probable.

charla

Contacto con tacto

Vale que el título sea un juego de palabras muy malo, pero resume lo que la gente busca detrás de una marca: Una persona real que le solucione un problema. Cierto, a veces son muchas las personas, a veces muy repetidas las mismas preguntas y la tendencia a la automatización en la respuesta es inevitable. Pero hay que pararse a pensar: «Si yo fuera el cliente, ¿qué buscaría al entrar en contacto con una marca?». Cercanía, atención personalizada, gente que entienda mi problema y que trate de solucionármelo a mí en particular.

No es nada descabellado, tan solo se trata de buscar un término medio entre la atención real al cliente y el tiempo invertido en ello. No es para volverse loco, solo prestar un mínimo de atención. Tampoco se nos pide tanto y, a cambio, ofreceremos mucho. De hecho, solo así, ya nos desmarcaremos del 90% de la competencia.

gente

Formar parte del seguidor

Sacar al usuario de la alienación colectiva es un valor al alza. La gente está buscando su propia voz, e internet se la da. Sentir que tu marca forma parte de su propia voz es algo fundamental para buscar nuevas vías de comunicación con el seguidor o cliente. La marca que se sustenta en su posición de dominio, distante del seguidor, será una entre tantas. La que forme parte de él, será única. La gente no es tonta, sabe lo que está forzadamente estudiado y donde hay naturalidad. Esto no quiere decir que no se estudie al cliente, es básico para encontrar el tipo de usuario concreto que se busca, al que verdaderamente le interese lo que ofreces, pero eso no quita que tu parte de persona esté ahí, que tu corazoncito lata un poco y no seas un robot sin sentimientos que teclea de 8:00 h. a 14:00 h. y se vaya a casa.

Todo eso se percibe. Incluso el que se esfuerza por parecer cercano como una estrategia hueca de marketing online (y vuelvo a la frase de Lincoln) podrá engañar a unos cuantos, pero se estará restringiendo a otros muchos que le mirarán con recelo, porque no deja de ser una máscara demasiado evidente. Yo no soy partidario de tratar al seguidor como a un estúpido, eso lo tengo claro.

¿Cómo se consigue formar parte del seguidor? No hay recetas mágicas, pero algo imprescindible es saber de lo que hablas. Es decir: Estudiar muy bien lo que ofrece tu marca, para poder apasionarte por ella. Si eres una persona curiosa, incluso el tema más insulso serás capaz de encontrarle su fuerza. Te la darán los propios usuarios con sus preguntas. Investiga, aprende, hazlo tuyo. Una vez que domines el tema y te intereses por él, la comunicación será más fluida. Estarás en la posición ideal para ser el portavoz de tu marca y a la vez, formar parte de tu comunidad de seguidores. Por tanto, de entenderles.

Luego, con evitar los formalismos excesivos sin llegar nunca al colegueo (sentido común y equilibrio, imprescindible en cualquier acción en Social Media) siempre que se requiera, agradable, abierto a las preguntas y a los planteamientos de la gente, tendrás una marca que empatice con el cliente. Y eso sí que no tiene precio.

Robots no, gracias.

Escrito por Álvaro López @alvarolopez0101

—Estudié Community Management en AulaCM

Autor del blog Generación GHIBLI

¡Escríbeme! alvarolm85@gmail.com


El equilibrio constante

Paradójicamente, por la inmediatez y el acortamiento de plazos (en todos los sentidos) que supone internet y las redes sociales, el trabajo en Social Media requiere paciencia y constancia. Son dos compañeras de viaje un poco pesadas, están junto a ti un largo tiempo y su compañía no es muy agradable, pero sin ellas no eres nada. Si en un momento de flaqueza decides darles la patada y cambiarlas por dos, a priori, más atractivas que te sacien al instante, estarás muy probablemente condenado al abismo y cometerás uno de los peores errores que puede llevar a cabo un Community Manager: Precipitarse.

 

Constancia y paciencia - https://enaquellugar.wordpress.com

 

CONSTANCIA, la amiga para toda la vida

Más vale que te lleves bien con ella, la constancia es fundamental para el éxito de una estrategia Social Media (y, de forma extensible, en la vida). Es la típica compañía que te hará levantarte del sofá cuando menos te apetezca, pero deberás aguantarlo porque lo hace por tu bien. Y tendrás que pasar noches en vela. Y tendrás que hacer un poquito más de lo que te gustaría. Y tus horarios se trastocarán, cancelarás planes… pero serás constante. Siempre.

No en vano eres un Community Manager, eres «la mano amiga» de la empresa o estructura que promueves. Y un amigo SIEMPRE está ahí. Podrá haber malos momentos, crisis que te pondrán de los nervios, preguntas inoportunas, pero la constancia será prioritaria ante el bombardeo de sinsabores.

A nadie le gusta ir a visitar el Guadiana por las zonas en las que desaparece. Podrías recorrer sus orillas, necesitar su agua y que, precisamente en ese instante, no la hubiera. Por eso siempre debes estar ahí o si no, la gente se irá al río que está al lado. Y puede que le guste y se quede con su agua. Y, entonces, aunque la tuya sea mejor, más dulce y cristalina, la gente preferirá el río que siempre tiene agua al río que a veces la tiene y a veces no.

Sé constante. No extremo llegando a los límites del agobio, siempre con cabeza, pero constante. Es clave.

 

PACIENCIA, cuando toca tragar sin tener más hambre

La constancia no sería nada sin la paciencia, son dos amigas que van de la mano. Y tú tienes que estar en medio, conformando el círculo. Tendrás que tener mucha paciencia con la gente que trates a diario. Pero no lo tomes como una esclavitud, sino como una virtud, algo positivo de tu día a día: Preguntas incómodas, gente que se pone pesada, los que te discuten cosas que no tienen vuelta de hoja… TODO tiene una explicación, nunca desesperes ni pienses que te están tocando las narices. Puede que lo estén haciendo… ¿y qué? Ese es tu trabajo: Lidiar con la gente. Busca la explicación y encuentra tu mejor salida.

En la vida no todo son buenas palabras y habrá que tener mucha paciencia y temple para comprender cada una de las situaciones y dar la respuesta adecuada a todas ellas, sin caer en los errores en los que caen los malos Community Manager o los que ejercen la profesión casi como un hobby o como si se tratara de charlar con los amigos de parranda de Facebook: Entrar en discusiones, dar motivos para crear polémica y envolver con ello a tu marca, dejarte llevar por el tocanarices de turno, hacer comentarios cuestionables e inoportunos… Ante eso, ten siempre alerta tu instinto y tu sentido común: No hace daño quien quiere, sino quien puede. Y a ti nadie puede hacerte daño como imagen de la marca. Nunca te tomes las cosas de manera personal, solo eres la persona tras la marca, no estás encarándote con tu madre o con tu amigo de toda la vida. La gente busca soluciones, no problemas. Y tu marca busca dar esas soluciones y no provocar más problemas.

Con paciencia y constancia llegarás muy lejos. No son compañeras cómodas, pero al final del camino te darás cuenta de que, en realidad, fueron las mejores compañeras que pudiste tener a tu lado.

 

Álvaro López @alvarolopez0101

—Estudié Community Management en Aula CM

 

Autor del blog Generación GHIBLI

 

¡Escríbeme! alvarolm85@gmail.com

Ingenio, originalidad y creatividad

A veces el tiempo marca mucho entre lo que uno quiere hacer y lo que uno puede hacer en sus redes Social Media, pero eso nunca debe ser impedimento para que se pueda diseñar una estrategia definida y no solo escupir una amalgama de tópicos y publicaciones de relleno para «aparentar» actividad, pero no para «ser» una auténtica referencia de quien te sigue o de quien es tu potencial cliente.

Por eso el ingenio, la originalidad y la creatividad son unos valores en alza en Social Media, siempre lo han sido en publicidad y marketing, y el uso de las redes sociales como soporte de interactividad con el seguidor no deja de ser otra forma de publicidad, más interesante en cuanto a valor, pero no menos importante que el mensaje publicitario tradicional, o al menos no en ese fondo de querer «vender» algo a quien mira.

Pero ojo con querer ser el más original del lugar, o puedes acabar enterrado en tus propios delirios de grandeza, como ya comenté en esta entrada. El sentido común va por encima de todo. Primero piensa, sé coherente y luego ya empieza a jugar de manera creativa con los elementos establecidos. Nunca intentes dar giros de 360º porque eso no funciona, solo confunde, y para el seguidor de tu marca solo puede ser una tortura y un desengaño.

Einstein lo sabía

Así que teniendo muy presente que el exceso se puede volver en tu contra, el uso de la creatividad bien medida no solo es interesante, sino que es una herramienta fundamental si quieres diferenciarte de los demás. Ahí fuera hay muchos que hacen las cosas bien y muchos que las hacen mejor que tú. ¿Qué puedes ofrecer al seguidor para que diga «esta marca me gusta, hace las cosas bien y además tiene cosas diferentes y atractivas»? No es fácil, no hay fórmulas mágicas (si no, de qué iba a estar yo aquí escribiendo esto xD) y todo depende de la capacidad de uno mismo o, en su defecto, de saber rodearse del equipo necesario para que la capacidad colectiva sea más fuerte y cumpla el objetivo.

Ingenio, la capacidad de sorprender

Ser ingenioso es un valor al alcance de unos pocos, pero no te desanimes, todos podemos serlo si sabemos exprimir bien nuestras capacidades. La línea que separa el ingenio de «oye, qué ingenioso, ¡bravo!» y «este tío es tonto» es muy fina, cuidado. Es bueno pensar bien una idea y no lanzarla a los 5 minutos porque te parece muy graciosa e innovadora. El ingenio se cuece a fuego lento: Una idea que te parece genial al momento puede parecerte la mayor estupidez y metedura de pata de la historia pasadas tan solo unas horas. Así que investiga si tu idea se ha utilizado ya, busca la reacción de gente cercana antes de lanzarla a las redes sociales y ten la suficiente paciencia para esperar, olvidarte, y unas horas después volver a revisarla y comprobar si te causa el mismo impacto que cuando la ideaste.

Originalidad, lo que nadie ha hecho antes… o casi

Todo está inventado. No es una frase hecha, es que es así. La originalidad básicamente consiste en recopilar ideas que te parecen buenas y juntarlas, transformarlas o moldearlas hasta que salga algo poco visto y atractivo para el seguidor. Todos llevamos un bagaje vital en nuestra cabeza plagada de ideas de otros. Úsalo para ser original, pero no te obsesiones con dar vueltas y vueltas a ideas buenas de otros. La originalidad, como el dinero, solo es bueno cuando se tiene.

Creatividad, la madre del cordero

El ingenio y la originalidad son los chispazos, los resortes que deben dar inicio a la maquinaria de la creatividad en su máxima extensión. Crear es fantástico para los que nos gusta (lo que no quita que nos equivoquemos mucho, el crear no es sinónimo de «bueno», solo es crear, aunque como todo, es bueno tener ya la iniciativa de dar un primer paso) y puede ser una tortura para alguien metódico y poco acostumbrado a salirse de los caminos marcados. Pero es un mundo maravilloso, un mundo que te abre las puertas de marcar la diferencia respecto al resto, de crear la tan ansiada «marca personal» o como quieras llamarlo.

Creatividad es proponer nuevas formas de comunicación con el seguidor, cliente, usuario. Creatividad es esa publicación de Facebook ante la que se para alguien, sonríe y tiene el irrefrenable impulso de compartirlo, de decirle al amigo o incluso al de al lado «mira esto». Creatividad es ese tweet diferente en medio de la monotonía que te hace ir al perfil de quien lo ha escrito. Creatividad es, en definitiva, el contenido de valor potencialmente viral, potencialmente interesante, potencialmente único, el que asoma la cabeza por encima del resto.

Por eso es bueno crear, una vez que se conocen todas las herramientas disponibles y se sabe lo que se debe hacer de una forma más metódica. Y eso será, al final, lo que te haga distinto, lo que te haga sumar, lo que cree tu marca personal y por lo que no tendrás tú que buscar al seguidor, sino que el seguidor te buscará a ti.

 

Álvaro López @alvarolopez0101 —Estudiando Community Management en Aula CM

Autor del blog Generación GHIBLI

 

¡Escríbeme! alvarolm85@gmail.com


Audiovisuales y redes sociales, ¿combinación ganadora?

Uno nunca sabe a lo que va a terminar dedicándose, algunos incluso no sabrían decir si tienen vocación, lo cual no es ni bueno ni malo, solo que cada persona desarrolla sus propios intereses de diferentes formas. En mi caso siempre, desde pequeño, me interesó el mundo audiovisual y, más concretamente, la comunicación y los diferentes modos en que los mensajes llegaban a la gente. Recuerdo que con apenas 11 ó 12 años ya me interesaba consultar y analizar las audiencias televisivas, un interés que fui alimentando cada día y que de forma natural me hizo aprender mucho sobre los gustos de la gente y sus tendencias a lo largo del tiempo. En mi adolescencia, nombres como Sofres AM, EGM, el share, el rating, la audimetría, las franjas horarias, el prime-time, el late night, el minuto de oro, el box office y demás terminología sobre empresas y mediciones de audiencia o taquilla eran habituales.

Cuando eso te acompaña en tu vida y se prolonga durante tantos años, un poco de forma inconsciente cuando eres más pequeño, pero más consciente según pasa el tiempo y profundizas en ello, se vuelve algo aprendido pero instintivo, se desarrolla una intuición basada en la experiencia que te acerca mucho a lo que puede gustar a la gente y a lo que no. Precisamente porque a lo largo de los años ya has visto muchas veces qué cosas han funcionado y en qué tipo de personas, en qué momento concreto y, a veces, hasta por qué lo ha hecho.

Nadie te da un título por saber eso aprendido de una forma que no deja de ser una afición (rara, pero afición al fin y al cabo), pero es un bagaje y un conocimiento que ya llevas contigo.

Yo siempre enfoqué esa vocación a lo que más relación tenía: El mundo audiovisual. Y me gustaba, porque si además mi otra gran pasión es imaginar y escribir historias, pues probablemente mi vocación definitiva era ser guionista (es decir, ser un muerto de hambre xD). Sin embargo al entrar a estudiar en el mundo audiovisual y encontrarme con los entresijos de la profesión, me dí cuenta que no era tanto lo mío. Es decir, el estar enfocado a ser un técnico no era precisamente mi idea de estar en el mundo audiovisual. No restaré ningún mérito al arte que tiene el manejar una cámara o hacer el montaje de una película, pero todo requería una parte técnica que me hastiaba y me producía una sensación poco gratificante y algo incómoda. Pese a ser mi vocación de siempre, no notaba que era realmente lo que quería hacer en un futuro, aunque sí es cierto que había muchas cosas que me seguían fascinando de ese mundo.

Con mi blog, Generación GHIBLI, me empecé a dar cuenta de que internet y las redes sociales en particular, me ofrecían una variante sorprendentemente interesante respecto a lo que siempre me había gustado. Ya expliqué que inicialmente mi falta de experiencia en el manejo de un blog con redes sociales derivó en la idea de aplicar mis conocimientos de audiovisuales y todo ese bagaje vital aprendido sobre análisis de audiencias, y la verdad es que funcionó muy bien.

Por eso pienso mucho en la gran relación que mantiene el mundo audiovisual, especialmente el televisivo, con las redes sociales y que no veo tan explotada como quizás debería. Hay mucho de lo que tirar en ese sentido, y sobre lo que reflexionar a la hora de utilizar técnicas de marketing en Social Media.

La relación del lenguaje audiovisual, el conocimiento del público en forma de datos de audiencia y la creatividad de la ficción aplicada a las redes sociales y al Social Media es, muy probablemente, una combinación ganadora que puede dar muchas alegrías a quien la ponga en práctica con conocimiento y acierto. Yo no creo que sea el que más sabe sobre esto, ni mucho menos, pero humildemente siempre creí que era una buena opción.  A veces lo apliqué con torpeza, otras con más acierto, pero siempre lo he tenido presente como el formato adecuado para hacer funcionar la retroalimentación del blog con sus redes sociales (en mi caso, Twitter y Facebook, aunque tanteando nuevas opciones siempre). Y evidentemente lo hice porque me dí cuenta de que funcionaba, y quizás es una fórmula mejorable, pero a tener en cuenta.

 

Álvaro López. Estudiando Community Management en Aula CM

@alvarolopez0101

¡Escríbeme! alvarolm85@gmail.com


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